domingo, 1 de abril de 2007

"¡Qué el mundo entero sepa que Madrid tiene un teatro por corazón!"



“Mira, ahí hay un globo”, una expresión que podría servirnos para indicar que en ese espacio se iba a interpretar algo, un punto teatral. Y es que el pasado jueves pudimos disfrutar del teatro en un inusual espacio: la calle. Un lujo que estuvo, por fin, al alcance de todo aquel que deambulase por Madrid. La traba económica no fue esta vez un obstáculo para conmemorar la mencionada “Noche de los teatros”, una iniciativa que debería repetirse más de una vez, acortando las distancias entre espectador y escena.
Todo comenzó con la voz de Josep Maria Pou, encargado de pronunciar el pregón en la RESAD, un espacio emblemático del teatro que cumple su 175 aniversario y al que regresa el actor catalán cuarenta años después de su ingreso, "como un pardillo" a las aulas donde ser formó como actor. "¡Qué el mundo entero sepa que Madrid tienen un teatro por corazón!", decía Pou, quien esta temporada representa en la capital La cabra, o ¿Quién es Silvia? y que, aprovechó su discurso para invitar a los ciudadanos a ser "actores de la fiesta; ¡que por una noche estemos como una cabra!".
Con el pregón de Pou arrancaba el programa en la Plaza de Sánchez Bustillo, ‘Cápsulas de teatro’, tres contenedores pintados de un rosa fluorescente fueron los tres telones que mostraron las corrientes más experimentales de la interpretación.
Les aseguro que el ambiente era de lo más variopinto e invitaba a quedarse. Tuve la ocasión de compartirlo con amigos y pasar una noche de lo más divertida. La mayoría de los asistentes éramos jóvenes con ganas de vencer este pulso de las artes. Fue imposible asistir a todas las actividades programadas en 45 teatros, calles, plazas y centros culturales, desde las 5 de la tarde hasta bien pasadas la una de la madrugada, se sucedieron danza, interpretaciones y conferencias.

Entre las más destacadas están que tuvo lugar en el Teatro Circo Price. Aquí se combinaron el drama de lecturas circenses con la actuación de los componentes de ‘Charivari’, obra que todavía podéis ver porque se mantiene en cartel; otra opción fue El Círculo de Bellas Artes, un lugar donde ya se respira magia escénica de por sí, fue la escena de varias obras, que dejaron a mucha gente con la miel en la boca sin poder asistir.

Pero repitamos que la alternativa es la calle, donde todos y todas tienen cabida, y además te permiten combinar a la perfección una tarde noche de cañas en la búsqueda de varios espectáculos.

Y parece ser que la alternativa que tendía esta noche teatral tentó a más de uno, pudimos encontrar a ‘inusuales’ actores que quisieron vivir, por una noche, el gusanillo de la interpretación. La presidenta de la Asamblea de Madrid, Concepción Dancausa, la cantante Marta Sánchez y la magnifica bailaora María Pagés, entre otros, representaron fragmentos de grandes clásicos del teatro español, poniendo voz a las reflexiones que nos dejaron literatos como Unamuno, Buero Vallejo o Azorín.
En esta línea también nos sorprendieron el consejero de Cultura y Deporte, Santiago Fisas, que protagonizó junto al portavoz de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, Fernando Marín, uno de los momentos más comentados del espectáculo, al interpretar juntos un pasaje de "Luces de Bohemia".Ya cuando comenzó a caer la tarde, alrededor de las 8 de la tarde, las actuaciones más multitudinarias se dieron cita en Chueca. Aquí Lola Jiménez dio vida a ‘La muerte del Cisne’, aunque también bailaron por otros escenarios Carlos Chamorro con su flamenco más contemporáneo, y Vero Condoya y Guille Vidal que mostraron a los asistentes la fusión de la danza contemporánea y la música hip hop.

Todo tenía cabida aquella noche dedica a la escena, otra muestra más de que el teatro sigue vivo, y por muchos años…. Esperemos que al menos se repita cada marzo y no sólo en Madrid. Ya saben, si nosotros los espectadores no vamos al teatro, el teatro vendrá a nosotros… y estaremos encantados de recibirle.

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