miércoles, 9 de mayo de 2007

Sabor a Arte

Elegante, majestuosa, firme, espectacular,… faltan adjetivos para calificar como estuvo anoche Sara Baras. Interpretó ‘Sabores’ el espectáculo que protagoniza ahora, y sacó el duende que lleva dentro, dejándonos como no podía ser de otra forma, con un gran sabor de boca.


El teatro Albéniz estaba de fiesta, daba su pistoletazo de salida a la segunda edición del Festival de Suma Flamenca, que acogerá la comunidad de Madrid. Donde también tendremos ocasión de disfrutar de Diego ‘El Cigala’, José Mercé, o El ‘Güito’. No pudieron elegir mejor para semejante evento. Y es que, quizás, sea en estos momentos nuestra bailarina, de flamenco, más internacional.

Anoche Sara irrumpió en un espacio perfectamente iluminado, salió de naranja y ocres, vestidos sencillos y amplias faldas del flamenco más puro, para dejarse la piel en ese público que no dejaba de aplaudir. Un espectáculo que durante su hora y veinte minutos va ‘in crescendo’ que cautiva a los amantes de este arte. Tangos, seguiriya, alegrias, taranto, tanguillos, jaleos, bulerías,… se funden en un sabor intenso, puro, que mezcla lo conocido con lo contemporáneo haciendo que sigas teniendo ganas de ‘saborear’ más.







No tiene guión, no se continúan los actos, pero es una caja de sorpresas en la que tienen cabida todos los palos del flamenco y con ese ‘color’ que sólo Sara sabe darle. Arriesgado por su heterogeneidad pero con las esencias más puras del flamenco. Baras innova, y mucho, pero siempre mantiene una línea en su espectáculo. No vende por hacer lo espectacular pero si por el buen hacer, y lo demuestra cada vez que se sube a las tablas

Aunque lleve tiempo en cartel, es una obra que merece la pena seguir viendo. La gaditana no defraudó a un público que días antes ya había agotado las entradas, lo que ratifica la calidad del espectáculo. Un alto grado de profesionalidad, una impecable puesta en escena y una estricta preparación técnica caracterizan el espectáculo.

En las tablas no está sola, le acompañan en su cuerpo de baile nueve bailarines en los diferentes cuadros donde el cajón no deja de sonar. Al que hay que sumar la presencia de dos figuras invitadas, José Serrano y Luis Ortega. Alterna la coreografía con sus solos en un equilibrio perfecto donde nada sobra ni falta.
Para los que no lo sepan, Sara Baras tuvo como primera maestra a otra grande de la danza: su madre, Concha Baras, por eso hay quien dice que el clasicismo de su baile puede apreciarse en ella. No es ni Belén Maya, ni María Pagès ni Joaquín Cortés. Es de la escuela de Baras, y a ella, a su madre, dedica este espectáculo. Y reza así “Para Concha, mi madre”.




1 comentario:

Almudena dijo...

Ella es flamenco en estado puro.

Qué tal todo??

Besotes guapa!!